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El cáncer de piel es el tipo de cáncer más común y puede afectar a personas de todos los tonos de piel. Las personas de piel clara son más susceptibles de desarrollar alguna forma de cáncer de piel debido a que producen menos melanina.
La melanina, el pigmento protector presente en la capa externa de la piel, ayuda a protegerla de la luz ultravioleta (UV). Sin embargo, el cáncer de piel también puede manifestarse en personas de piel oscura y en aquellas cuya piel no ha estado expuesta significativamente al sol.
Los carcinomas de células basales y de células escamosas son dos de los tipos más comunes de cáncer de piel. Suelen desarrollarse en la piel expuesta al sol, aunque también pueden aparecer en áreas de la piel que normalmente no están expuestas. Por lo general, ambos tipos pueden curarse, pero si no se tratan a tiempo, pueden ocasionar desfiguración local y ser difíciles de eliminar.
El melanoma es el tercer tipo de cáncer de piel más común y causa la mayoría de las muertes entre todos los tipos de cáncer de piel debido a su tendencia a propagarse a otras partes del cuerpo (metástasis), incluidos los órganos vitales.
Como se mencionó previamente, la mayoría de los casos de cáncer de piel son causados por la exposición excesiva a los rayos UV del sol, camas bronceadoras o lámparas solares. Los rayos UV pueden dañar las células de la piel, lo que a corto plazo puede provocar quemaduras solares.
Con el tiempo, este daño puede acumularse, causando cambios en la textura de la piel, envejecimiento prematuro y, en ocasiones, cáncer de piel.
Los cánceres de piel también pueden aparecer años después de un tratamiento con rayos X o exposición a sustancias carcinógenas como el arsénico. Inicialmente, los cánceres de piel no causan síntomas evidentes, por lo que cualquier crecimiento inusual de la piel que persista o se expanda durante varias semanas debe ser examinado por un médico.
Diagnóstico
Es importante que las personas revisen regularmente su propia piel y notifiquen a un profesional de la salud si observa cualquier marca cutánea inusual o que haya cambiado. Se recomienda realizar una revisión anual de la piel por parte de un profesional de la salud.
Durante este examen, se observan lunares, marcas de nacimiento o áreas pigmentadas cuyo color, tamaño, forma o textura sean anormales. Si se identifica algún área de la piel con apariencia anormal, generalmente se realiza una biopsia para obtener un diagnóstico preciso.
Prevención
Se puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de piel limitando o evitando la exposición a la radiación ultravioleta (UV).
Evitar la exposición al sol, buscando sombra y minimizando las actividades al aire libre entre las 10:00 a.m. y las 4:00 p.m. También es importante evitar el uso de camas bronceadoras. Usar ropa protectora, como camisas de manga larga, pantalones y sombreros de ala ancha. Aplicar protector solar con un factor de protección solar de al menos 30 y reaplicar cada 2-4 horas.